A un amigo

Cuando más cerca del final estaba, cuando todo lo daba por perdido, apareciste como rayo de luz entre las oscuras tinieblas que rodeaban mi alma. Me encontraste en el hoyo más profundo, del cual no podía salir, ya no tenía fuerzas para levantarme y escalar ese inmenso muro que la vida había cruzado en mi camino. Sin saber a penas nada de mí, me cogiste de la mano y me ayudaste a trepar ese muro inquebrantable para dirigirme a la luz que había perdido cuando el cielo cayó sobre mis espaldas y atrapó mi corazón en la profunda oscuridad de la tristeza. Aunque nos separan más de 600km, siempre estás ahí, como si fueras una sombra protectora que me ofrece refugio en días de tormenta. Ahora te doy las gracias por devolverme la sonrisa que un día me robaron. Gracias por enseñarme a olvidar las heridas del pasado. Y gracias, una vez más, por enseñarme a valorar esos pequeños detalles de la vida que la hacen tan especial, que son los que realmente importan, y son más valiosos que el diamante más grande, raro y precioso que se halla encontrado jamás.

Como cada noche te doy las gracias por ser como eres, porque personas como tú hacen que esta vida merezca la pena. Y una vez más te pido que no cambies nunca porque, aunque en el fondo de tu corazón eres un osito, para mí siempre serás mi badboy ;)

Mil decibelios en forma de besos.