Cuando sientes que se agota el tiempo tu corazón empieza a acelerarse, tu respiración aumenta vertiginosamente. Pierdes el control, no puedes vocalizar las palabras, no coordinas los pensamientos que empiezan a pasar por tu mente sin orden alguno, atropellándose unos con otros bloqueando cualquier posiblidad de controlar todo tu ser. Te pones más nervioso si permaneces sentado, la ira se apodera de ti si ves a otros descansando. Todo te molesta, todo te irrita. Sientes la necesidad de ir a toda velocidad. Subes al coche y te parece que todo se enlentece, por lo que pisas a fondo. El motor ruge, se ahoga. Los neumáticos empiezan a quemarse contra el asfalto. No ves las luces de la carretera, sólo distingues líneas brillantes. La adrenalina empieza a subir cual fiebre intensa. Has perdido el control. Pierdes la noción del tiempo. No sabes donde estas ni a donde vas. No oyes nada ni ves nada. Sólo sientes la necesidad de huir de todo lo que te rodea sin importar donde acabará el viaje. De repente, sientes como la calma se va apoderando de tu alma. Levantas el pie, y empiezas a decelerar, das media vuelta y vuelves a casa. En tu mente sólo queda un único pensamiento: ¿cuánto tiempo tardará el pánico a apoderarse de ti?

Comentarios

  1. que way Abby! Esta muy bien...sigue asi! me sentio agobiao..que es lo que transmites pero menos mal que al final del texto..das tregua! jeje un besito! pronto escribire yo algo de nuevo en mi blog..^^

    ResponderEliminar
  2. gracias ruben...jajaja no era mi intención agobiarte..avisa cuando tengas algo nuevo xD bss

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Amargos recuerdos

Amigo mío...

Domingos